Finales y Principios

Dos aspectos muy presentes en la actualidad de un Club Baloncesto Rincón de la Victoria que, a pesar de toda circunstancia adversa, crece con la ilusión inalterable de cuantos niños y niñas lo componen, sean menores o mayores de edad.
Un club que ha hecho de la contribución comunitaria una profesión, acogiendo a cientos de personas unidas por lo que representa y transmite a nivel personal y social un balón de color naranja.

Respeto, hospitalidad, humildad, solidaridad, compañerismo y amistad de personas que gracias a lo que comenzó como un proyecto, hoy y desde hace años es y será realidad y argumento para conectar, sentir, y hacer sentir. Valores que, entre muchos otros, componen la perfecta cimentación de cualquier construcción sólida, para con esa base esencial, hacer honor a la pureza de la palabra DEPORTE.

Un objetivo palpable en un CBRV que trabaja desde la humana excelencia para dar lo mejor de sí mismo a los demás, con la autoexigencia que merecen los que confían en su filosofía año tras año, haciendo de cada temporada, una historia que recordar y compartir.
Un conjunto de experiencias que últimamente, y de forma especial, nos han ayudado a reflexionar para valorar la importancia de lo que tenemos, y de cuánto lo extrañamos cuando lo perdemos.

Momentos en los que demostrar que la unidad es la característica más poderosa de nuestra existencia, y de mostrar que por distintos que seamos, estamos enlazados por lo que somos, y a veces, por lo que hacemos.

El Club Baloncesto Rincón de la Victoria ejemplifica la inclusión, abrazando sin prejuicios a quienes se suman a acrecentar su obra, manteniendo su atmósfera familiar independientemente del número de integrantes que lo compongan. Y de este modo tan personal, las intenciones son siempre las mejores, para que las acciones también lo sean. Por lo que la maravillosa imperfección está siempre justificada ante cualquier circunstancia inesperada con la que disfrutar del aprendizaje.

El éxito es la felicidad individual y común al mismo tiempo. Y basándose en ese y otros Principios, la temporada se acerca a su final, rebosante de Finales en las que celebrar la vida, y en las que emocionar a quienes todavía creemos en el verbo jugar, por encima del verbo ganar.

Ahora y siempre, brindemos por tanto bueno, e iluminemos lo que no es tanto, agradecidos por cada instante y disfrutando de lo importante:

Pues vivir es hacer historia, viviendo de corazón. Esa es la mejor Victoria, y el más bonito Rincón.

Germán Retuerta Fernández-Paniagua.

CBRV